“El sistema político palestino es antidemocrático y patriarcal”
Cuando, a principios de este año, el presidente palestino Mahmoud Abbas convocó a elecciones legislativas para el 22 de mayo y presidenciales el 31 de julio, muchxs recibimos la noticia con escepticismo. No sólo porque el contexto pandémico ha cancelado numerosos procesos electorales en todo el mundo, sino porque no sería la primera vez que el longevo mandatario llamara a elecciones para luego cancelarlas. Con esta estrategia antidemocrática, Abbas lleva excedido 10 años en su cargo. Bajo su mandato, la Autoridad Nacional Palestina (ANP), creada tras los Acuerdos de Oslo de 1993 entre la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) e Israel, se volvió cada vez más corrupta y autoritaria, por lo que no sólo era dudoso que se llevaran adelante los comicios, finalmente cancelados hace unos días atrás, sino que además fueran libres, justos y democráticos.
Desde las últimas elecciones en 2006, la ANP ha utilizado gran parte de sus recursos en cooptar, reprimir y desmovilizar cualquier tipo de oposición al partido gobernante, Fatah, en coordinación con Israel. La política de intimidación y persecución a periodistas y activistas incluyen detenciones arbitrarias y torturas, según el último informe de Human Rights Watch (HRW). En este contexto de represión, activistas independientes y organizaciones enfrentan todo tipo de dificultades para dar esta batalla en los dos frentes.
Para analizar la situación desde adentro, conversamos con Marwa Fatafta, investigadora y analista política de Al Shabaka, una de las jóvenes y más lúcidas voces de la nueva generación palestina.